Lugar donde compartir el día a día de nuestros pequeños.

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por Trece
#389244 Publicado por Laura Mascaró Rotger en:
http://www.lauramascaro.com/2011/03/cua ... stigo.html
No tiene desperdicio.
Poner a un niño de cara a la pared, arrodillado y haciéndole sujetar un par de pesados libros con cada mano no está bien visto. Pegarle es, incluso, ilegal en un gran número de países. En las sociedades occidentales los padres suelen disponer de poco tiempo (y, en ocasiones, de pocas ganas) para buscar otras formas más eficaces de disciplinar a los hijos. De ahí que un programa televisivo nefasto como es la Super Nanny haya tenido tantísimo éxito.



Como los castigos, en el sentido tradicional del término, empiezan a ser políticamente incorrectos, los adultos hemos recurrido no a nuevas estrategias sino a nuevos eufemismos. Hay un castigo clásico llamado “time out” (tiempo fuera) que consiste en aislar durante cierto período de tiempo al niño que se ha portado mal. En primer lugar, deberíamos revisar el concepto de “portarse mal”. ¿Se ha portado mal el niño de dos años que ha derramado el vaso de leche porque todavía no ha terminado de desarrollar su motricidad fina? ¿Se ha portado mal el niño que ha montado un escándalo porque no quería bañarse a la hora que tú has decidido que debía hacerlo? En segundo lugar, deberíamos revisar, también, nuestras normas que, normalmente, son arbitrarias y tienen poco sentido. ¿Es realmente tan importante merendar a las cinco y no a las seis de la tarde? ¿O tendría más sentido que el niño merendara cuando tuviera hambre? ¿Es tan importante ver la tele sólo durante una hora al día? ¿O tendría más sentido negociar con él para que pueda ver su programa favorito completo en vez de disponer sólo de cierta cantidad de tiempo?

Hace unos días, un amigo me contaba que su hijo de cinco años había estado jugando al fútbol dentro de casa y que había roto una bombilla. Su padre (mi amigo) le explicó por qué no era conveniente jugar al fútbol dentro de casa y por qué era peligroso que se hubiera roto la bombilla. Además, le impuso un castigo consistente en no bajar al parque con él a jugar a fútbol por la tarde, tal como habían quedado. Mi amigo no se daba cuenta de que el niño no había tenido ninguna intención de romper nada (ni la bombilla ni las normas familiares); de que, muy probablemente, había tenido suficiente con el susto de ver que la bombilla le caía encima hecha pedazos (no digamos ya de ver el enfado de su padre); y tampoco se daba cuenta de que aunque, en efecto, las acciones tienen consecuencias, el prohibirle bajar al parque no es en absoluto una consecuencia lógica y natural del hecho de haber roto la bombilla. Aplicando este tipo de consecuencias artificiales lo que conseguimos es que nuestros hijos se esfuercen por no ser descubiertos en futuras ocasiones y esto implica que empiecen a mentirnos. Si nuestros hijos confían en nosotros y se sienten seguros en nuestra compañía, nos contarán las cosas que han hecho o que les han pasado. Pero, si no confían en nosotros y no se sienten seguros porque saben que les caerá una “consecuencia”, lo más probable es que no nos lo cuenten. Ni a los dos años, ni a los siete ni a los dieciséis. ¿Es ése el tipo de relación que queremos tener con ellos? Porque es fácil quejarse de lo herméticos que son los adolescentes y no querer darse cuenta de que, quizás, somos nosotros los que hemos alentado esta actitud cuando, de pequeños, los hemos mandado a “pensar” en vez de hablar con ellos.

Aislar al niño por haber incumplido normas que quizás no comprende (y que quizás no tengan ningún sentido) supone una enorme falta de respeto hacia él, además de una humillación totalmente innecesaria (como toda humillación, dicho sea de paso). Se le ha cambiado el nombre al clásico “time out” y ahora se le llama “silla o rincón de pensar”. Con lo cual convertimos el pensar en un castigo. Quiero creer que, en realidad, no queremos que nuestros hijos crezcan con la idea de que pensar es un castigo. Sin embargo, ése es justamente el mensaje que les transmitimos. Es más, durante el tiempo que dura su aislamiento (que, según “expertos” como la Super Nanny ha de ser equivalente a un minuto por año de edad) lo que el niño piensa en realidad es cómo evitar ser descubierto la próxima vez; y la lección que aprende es que gana el más fuerte o el más astuto. De este modo, el niño aprende a calcular el “precio” de sus acciones y a decidir, en cada caso, si vale la pena o no asumir el riesgo.

Desde los años 50, los científicos que han estudiado la disciplina han venido clasificando a los padres en función de que basaran sus actos hacia los niños en el poder o en el amor. La disciplina basada en el poder incluye (o puede incluir) pegar, gritar y amenazar. Los castigos, por supuesto, son una forma de amenaza, un claro chantaje: “si no te acabas la comida, no podrás salir a jugar”, por ejemplo. La disciplina basada en el amor, en cambio, incluye prácticamente todo lo demás. A los lectores interesados en conocer alternativas prácticas y reales al castigo, les recomiendo encarecidamente la lectura de los libros “Por tu propio bien” de Alice Miller, “Crianza incondicional” de Alfie Kohn, “Ser padres sin castigar” de Norm Lee (disponible gratuitamente online), “Padres liberados, hijos liberados” de Adele Faber y Elaine Mazlish y el libro de Rosa Jové sobre las rabietas que está a punto de ser publicado. Para ir abriendo boca, pueden buscar en internet los siguientes artículos: “Cinco razones para dejar de decir muy bien” de Alfie Kohn, “Las rabietas” de Rosa Jové, “Ayudar a los niños a resolver conflictos emocionales” de Naomi Aldort o “Educar sin castigar” publicado por quien suscribe estas líneas en la revista http://www.atalisdigital.com (pág.47).

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por belenblanco
#389248
Se le ha cambiado el nombre al clásico “time out” y ahora se le llama “silla o rincón de pensar”. Con lo cual convertimos el pensar en un castigo. Quiero creer que, en realidad, no queremos que nuestros hijos crezcan con la idea de que pensar es un castigo. Sin embargo, ése es justamente el mensaje que les transmitimos


Totalmente deacuerdo. Además, yo creo que a un niño de menos de dos años le pones a pensar y no sabe lo que eso significa, simplemente sabe que le han puesto en un rincón y nada más. ESte castigo ha existido hace mucho timepo, no sé por qué ahota está tan de moda. Cuando yo era pequeña, en el cole, la profe, si nos portabamos mal, nos ponía mirando a la pared e incluso decía: "Y piensa en lo que has hecho". De esto hace 30 años más o menos (¡buf, como pasa el tiempo!).
Hay otro castigo basado en lo mismo, en el aislamiento, que ya me lo han comentado alguna madre y lo he visto en mis vecinos que es echar durante un rato al niño al descansillo. Me parece muy cruel esto.

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por Malefica
#389249 Es muy bueno.... y me dan unas ganas de repartirlo...

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por Sorah
#389259 El artículo me ha gustado mucho. No me gustan los castigos. Pero ¿y los elogios?
Al final hay una referencia a otro artículo llamado “Cinco razones para dejar de decir muy bien” de Alfie Kohn. Lo he buscado en la web y lo he leído:
http://www.alfiekohn.org/parenting/muybien.htm

Creo que tiene lógica, pero personalmente me cuesta bastante controlar los elogios, siempre me sale el "muy bien" cuando mi pequeña hace algo. Me parece difícil controlar el arte de "no elogiar".
Me gustaría saber qué opináis. Cómo enfocaríais este tema y vuestras experiencias.

Un saludo
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por belenblanco
#389274 Buf!! Pues ya sí que no sabe qué hacer una para que sus hijos sean felices.
La verdad, yo siempre elogio a mis niñas cuando hacen algo "que yo considero que está bien", tiene mucho sentido lo que dice este artículo.
La verdad, lo tendré en cuenta e intentaré sustituir el muy bien por lo que nos recomienda, tiene mucha más lógica.

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por Kim
#389280 Buenísimo el artículo de Laura Mascaró :clap: .
En cuanto al otro, creo que tiene sentido pero hasta cierto punto. Es cierto que diciendo "muy bien" corremos el peligro de encasillarlos, de quitar espontaneidad a sus acciones, de hacerles sentirse juzgados; pero por otra parte, los niños buscan nuestra aprobación, no hacen las cosas específicamente para que reaccionemos (el famoso "te toma el pelo" que tanto se oye), pero un refuerzo positivo suele darles seguridad. Para hacer un ejemplo, si mi hijo me hace un dibujo es con la intención de agradarme, de tener un detalle conmigo, y lo mínimo que puedo hacer es demostrarle que lo he apreciado. Si le digo "qué dibujo más bonito" queda claro que me ha gustado, en cambio si digo "el árbol es muy grande", no (¿qué significa eso? ¿Que he visto que el árbol es grande o que tenía que haberlo dibujado más pequeño? :???: ).
Del mismo modo que el "muy bien" funciona a veces, el "muy mal" también es efectivo, hablando de castigos, decirle "estoy enfadada, triste o disgustada por lo que has hecho" suele tener un efecto muy poderoso. En ambos casos, creo que hay que saber dosificar tanto los elogios como las críticas, una cosa es que sepan que lo que ellos hacen nos afecta, para bien o para mal (quiero decir, que no pasan desapercibidos) y otra distinta que se sientan constantemente bajo examen.
Besos.

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por macasher
#389290 Si, esta muy bien, y yo tambien estoy de acuerdo en el articulo, peroooooooooooooooooooooooooo....y soluciones practicas para niños mas mayores. Mi pequeño tiene 3, 5 años, yo nunca los he castigado, ni fisica ni piscologicamente ( bueno, a veces les grito, no lo voy a negar, pero luego nos pedimos perdon) pero es que no hace nada de caso a nada cuando se pone cabezon...nos pega, nos grita, a nosotrso y a su hermano, llora, no escucha...que a haces entonces cuando nada funciona???? He probado abrazos, hablarle suave, explicarle, nada de nada. Yo si lo pongo en un sitio apartado a que se calme (no es un rincon ni esta encerrado pero si esta apartado del sito de juegos.
Que no es la forma, pues decirme como.

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por Malefica
#389297 ¿Habeis leido el libro de E. Pantley sobre crianza hasta los cinco años?

Corregidme si me equivoco, pero entre las opciones que ella plantea, también está el "time out".

Creo que si profundizamos en el tema o mejor en sus orígenes, la idea inicial (intentaré buscarlo en internet porque me suena haberlo leido) fijo que cambia. Como todo, si cambias su uso y abusas... su finalidad cambia y se estropea.

Yo he separado a mi hijo del "lugar del conflicto" y me he ido con él y me he quedado con él hasta que se ha calmado y hemos hablado. Es un time out, al fin y al cabo.

Conforme pasa el tiempo y mi hijo se va haciendo mayor, soy más amiga de los matices, de los grises y me siento más alejada del blanco y del negro. Es dificil aplicar mucho de lo que leo en la diada con él, por su personalidad, por la mía y es inevitable intentar adaptar lo leido a nuestro caracter, el de ambos. Y le digo "muy bien" y "muy mal" y "qué orgullosa estoy de ti".

Y como apostillo siempre, sí pierdo la paciencia, sí grito, sí utilizo el "porque sí" por puro cansancio o por prisa o por lo que sea, porque no soy perfecta. Porque como dice Mac a veces ya no sabes qué hacer o cómo hacer por más que lo intentas. Equivocarme / equivocarnos es parte de nosotros mismos y nos permite evolucionar e incluso reinventarnos. Equivocarme es darme cuenta de mis errores para intentar enmendarlos y poder hacer las cosas un poco mejor cada vez, pero en el "campo de batalla" y el campo de batalla, a veces, es duro, o viene lleno de imprevistos, allí no suele ser posible hacer un stop momentaneo para poder releer un artículo.

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por Malefica
#389298 Ah, lo olvidaba.... lo que me fastidia y mucho de "la silla de pensar": Como dice un amigo de mi marido.... al final van a asociar "pensar" (reflexionar) solo con experiencias malas, negatias, con malos comportamientos.

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por Malefica
#389299 http://www.encuentroeducativo.com/revista/?p=1649

Pero, haciendo un breve estudio y buscando información, supe que la base de este rincón, el origen, es ajeno a esta idea que se tiene hoy en día. El rincón de pensar surgió como un lugar donde recapacitar, pensar, sacar ideas, reflexionar. No sobre lo mal que uno se había comportado, sino sobre cualquier actividad que se estuviera llevando a cabo en la clase. En este sentido, el “rincón de pensar”, más allá que como mero “castigo momentáneo”, surgió para eso, para pensar. Así, cuando realizamos en clase una actividad que a un alumno/a le puede resultar más difícil, podemos pedirle que acuda a esta zona de la clase para hallar una solución. Pensemos, por ejemplo, en un juego que desarrollamos en el rincón de los experimentos, el de matemáticas o el de la naturaleza, entre otros, en el que le planteamos a los niños/as un problema o una situación a la que hay que buscarle una solución. Con el fin de que reflexionen acerca del porqué de este proceso, pueden dirigirse al rincón o sentarse en las sillas de pensar, y recapacitar sobre ello, buscar soluciones, tomar iniciativas al respecto.


http://blogearporblogear.blogspot.com/2 ... ensar.html

Y encima parece ser que el origen de la "silla de pensar” es de lo más alejado a lo que se ha convertido: un castigo con otro nombre. Según un artículo publicado en la revista “Encuentro educativo”, este espacio fue creado para PENSAR, donde los niños pudieran recapacitar, reflexionar, sacar ideas sobre cualquier asunto que estuvieran tratando en la clase y no como un rincón donde te mandan cuando has sido malo.

Lo pueden llamar como quieran, lo pueden pintar de rosa si quieren, pero este espacio de “aburrimiento” no deja de ser lo que es, lo mismo que era para nosotros que nos pusieran mirando a la pared o nos sacaran de la clase si habíamos hecho algo mal. Eso sí, de cara a la galería, a la tontería tan grande que nos invade hoy, a ese ridículo de lo “políticamente” correcto, queda muy bien que, en lugar de usar la palabra castigo, se diga “silla de pensar”.

Lo triste es que PENSAR, para estos niños, estará relacionado siempre con CASTIGO.



¿Recordais la frase del colegio de toda la vida "¡al rincón!"?

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por Kim
#389303
montseta escribió:Yo he separado a mi hijo del "lugar del conflicto" y me he ido con él y me he quedado con él hasta que se ha calmado y hemos hablado. Es un time out, al fin y al cabo.


En mi opinión, hay una diferencia fundamental entre lo que tú comentas y el estilo "clásico" del tiempo fuera que la corriente dominante pretende imponer. Personalmente, me parece muy sensato apartar al niño en plena rabieta si por ejemplo está intentando romper cosas o arrancar cables; en ocasiones, el "cambio de aires" nos puede ayudar a ambos a serenarnos un poco, a relajar la tensión; luego, que se le lleve siempre al mismo lugar o a uno distinto según la ocasión, es cuestión de gustos ;-) .
Creo que lo que comentas no es un time out (que suena más chachi que tiempo fuera :lol: ) en sentido estricto, porque acompañas al niño hasta que se calme, y después razonas con él, no le ignoras hasta que se le pase.
A mí lo que no me gusta de este tipo de castigos, véase silla de pensar, es la inflexibilidad del sistema, hay que ignorar al niño durante 1 minuto por cada año de edad, por ejemplo, si el niño tiene 4 años, son 4 minutos. Da igual que 30 segundos después ya lo haya entendido, o que a los 4 minutos siga sin tener ni repajolera idea de por qué se le ha castigado.
Lo que me llama la atención del tema es que a menudo su forma de ver las cosas es distinta a la nuestra. Ejemplo tonto: el niño pide una chuche, se le dice que no porque pronto es hora de cenar, se enrabieta, nos pega una patada y nos enfadamos. Desde nuestro punto de vista, lo grave es la patada, lo de la chuche lo podíamos dejar pasar o negociarlo; en cambio, me apuesto lo que queráis a que si, tras hacer las paces, le preguntamos al niño en qué piensa que se ha equivocado, contestará que ha hecho mal en pedir la chuche antes de cenar. Si hablamos con él, podemos explicarle que lo que nos ha enfadado ha sido la patada y no la chuche, pero si hacemos caso a los modernos gurús de la educación, véase supernanny, lo correcto es coger al niño, sentarle en la dichosa sillita, cronometrar los minutos correspondientes y hala, que no se repita. Pero no hablamos de chuches, ni de patadas, ni de nada, y al final lo único que nos queda es una sensación de incomprensión mutua.
Besos.

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por Tote
#389305 De lo del tiempo fuerta no voy a comentar porque estoy de acuerdo en todo lo que decis, esta claro que cuando hay un conflicto que no conseguimos arreglar lo mejor es "alejarse" pero eso es algo que todos tenemos que hacer. Parece que "desde fuera" y en la distancia todo se ve de otra manera y es mas facil encontrar soluciones.

En cuanto a los elogios, y sin haber leido el articulo que referenciais :oops: , a todos nos gusta que nos elogien, de echo es algo que se critica mucho es los trabajos que cuando haces algo mal te lo recuerdan eternemente pero nunca nos dan la poalmadita en la espalda cuando es al contrario. Evidentemente no vamos a estar todo el dia diciendo a nuestros hijos lo bien que hace las cosas porque no seria natural, pero si hay que hacerlo a menudo. Es un refuerzo positivo para establecer las conductas que son "deseables"? "apropiadas"?, no se como expresarlo pero creo me entendeis. Ademas de que a todos nos encanta que nos digan lo bien que hacemos las cosas, porque hemos de pensar que en el caso de los peques es diferente?

PD: perdon por la falta de tildes, mi ordenador se ha puesto en huelga y no me deja ponerlas :roll: .

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por annedebreuil
#389325 macasher :117:
De acuerdo con los dos artículos. Pero también tengo un "peeeeeero": en relación al segundo, ¿no os parece restar naturalidad a la maternidad/paternidad tener que medir cada una de las palabras que decimos? ¿no se la está sistematizando?
no sé, si hacemos X será más inteligente, si hacemos Y tendrá criterio propio... ¿es necesario todo esto?
es que a mí, tanta lectura (y manual de instrucciones, al fin al cabo) me abruma, a parte de hacerme sentir que la estoy c****** constantemente.
Salvando las distancias, es como un ejemplo que pone Carlos González en Bésame Mucho, que ahora no recuerdo exactamente, dice algo así como que si abrazamos a nuestros hijos es porque los queremos no para que sean algo ( :oops: no recuerdo).
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por macasher
#389328
montseta escribió:¿Habeis leido el libro de E. Pantley sobre crianza hasta los cinco años?

Corregidme si me equivoco, pero entre las opciones que ella plantea, también está el "time out".
.


Pausa obligada, lo llama ella. Yo me acabo de leer el libro, y hay cosa con las que comulgo, cosas que las que no, yo opino que ella abusa de la pausa oblifgada, pero yo a veces tambien la uso...no se, es confuso.


Marc fue, es ,muy tranquilo y obedenete, casi no hemos tenido rabietas. Joan es diferente, mas cabezon, con muchas rabietas, pegon, griton ( a veces parece poseido, su padre y yo decimos en broma que parece Dr. Jeckill y Mr. Hyde, porque luego es mucho mas cariñoso que su hermano))...en fin. Que yo he leido mucho sobre el tema, porque me preocupa mucho, porque nunca he creido en el castigo y los gritos, pero veo que mi hijo se me escapa, y los autores que siempre dicen que el castigo, los gritos, la pausa olbbligada, etc, no es forma, tampoco proponen soluciones cuando tu hijo no se calma con nada de nada, sigue pegando, sigue gritando, no obedece, y ya se hace mayor.

Para mi es muy complicado.

El otro tema, pues la mayoria de expertos hablar de los refuerzos positivos, es decir, hacer hincapie en lo que si hacen bien...y yo si lo hago. Y me parece bien. Cuantas de vosotras maldecis al jefe porque NUNCA, jamas, reconocen el trabajo bien hecho pero SI te echan la bronca cuando lo haces mal?

maca, conocida en al tribu como Macarena Sheridan

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Mon....ande andarás?????
por stork
#389335 haber, yo no me he leido nada pero hay cosas del articulo que no entiendo o con las que no estoy de acuerdo y otras que si...por supuesto que con esa edad, yo lo veo enlos mios que van a hacer 22meses, no son conscientes de hacer...pero creo que si se dan cuenta de algunas cosas...decidme que hago yo cuando mis mellizos, niño y niña, tocan la tele a golpes, golpean lso muebles con objetos, tiran todo alsuelo y hacen un ruido espantoso...yo a veces me siento totalmente desbordada, sinsaber que hacer. hay veces que cosigo controlar mis impulsos, nervios etc...y hay veces, que por desgracia pues no lo consigo. es posible que no entiendan algunas cosas, y tampoco me gustan los castigos pero de algun modo habra que intentar hacer que empiecen a darse cuenta de las cosas...yo alguna vez los he puesto enun rincon del baño, no a oscuras por supuesto, no quiero eso...pero tampoco se si eso esta del todo bien...solo se que de alguna manera tengo que intentar que empiecen a darse cuenta que hay cosas que no estan bien...no se, no tengo ni idea de que hacer cd no paran demorderse, o de que mi hija le de con juguetes en la cabeza a su hermano...no se.
y para mi, elprograrma de super nanny de la cuatro no es un programa nefasto, yo no creo que abuse ni haga nada malo...ni perjudicial para los niños...en fin,es mi opinion, no digo que sea la unica opinion pero ...