Dormir a un recién nacido


Estas son las ideas y actitudes que ayudarán (si es que hace falta ) a dormir a un bebé pequeñito. Generalmente los bebés pequeños duermen sin dificultad cuando sus necesidades están cubiertas, es decir, no tiene hambre, está limpio y satisfecho de brazos y mimos. A estas edades tan tempranas no tienen tanta memoria para relacionar hábitos y ten por seguro que si llora y no duerme, es porque: necesita otra cosa, no tiene sueño, o le pasa algo.
 
Tener sus necesidades cubiertas: si ha comido y está satisfecho sin ninguna molestia, dormirá.

Estar con mamá: A los bebés pequeños les gusta y necesitan estar cerca de su madre, es muy bueno tener al bebé en brazos o incluso dormir a su lado. Sobre todo si se alimenta con lactancia natural, es mucho más cómodo atenderle durante los despertares nocturnos por hambre. Dormir con mamá también es positivo porque es lo que el bebé espera (hace únicamente 300 años los bebés dormían junto a su madre) observa a unos perritos o cualquier otro mamífero, ¿con quien duermen? Además ayuda a establecer patrones de respiración correctos, que incluso se sospecha que ayudan a evitar el temido SMSL.

Si alguna vez tienes que dormir a tu bebé, prueba a echarte con él o cógelo en tus brazos y respira pausadamente mientras te relajas, también lo hará él y se dormirá más fácilmente.

Calor: Para tranquilizar a un bebé va muy bien el calor. Si duerme en su moisés y deseas dejarle allí para que duerma después de atenderle puedes atemperar la cuna con una bolsa de agua caliente (que no queme, solo para atemperar) , la dejas en su sitio mientras le atiendes y cuando le vayas a soltar la apartas con el brazo y compruebas la temperatura.

Diferenciar noche-día: Para ayudarle a diferenciar el día de la noche y más adelante a organizar periodos de sueño más prolongados durante la noche, intenta cuando le atiendas no estimularlo, ni hablarle, ni encender luces fuertes, (te puede ayudar una pequeña luz de compañía) e intentar que la casa esté silenciosa en los periodos de oscuridad. Y durante el día puedes ponerle a dormir en una habitación tranquila, pero mantén las persianas algo levantadas para que entre algo de luz y la casa con los ruidos habituales.

Envolverle: A muchos bebés pequeños les gusta estar envueltos, se sienten protegidos y seguros porque les recuerda la protección del útero materno. Muchos de ellos se desplazan a una esquina del moisés o de la cuna y duermen apretados contra esta esquina , como lo hacían dentro de tu barriga con la cabeza entre los huesos pélvicos.
También les alivia cuando padecen cólicos del lactante. Envolviendo a tu bebé.

El arrullo o almohadita: Dar de mamar o el biberón sobre su arrullo para que así cuando se quede dormido y le dejes en la cuna siga teniendo el mismo tacto por debajo y el mismo olorcito a mamá y leche. Eso sí, con los calores del verano, hay que asegurarse que el arrullo es de algodón para que no pase calor.

Ruidos suaves:
Es sorprendente como pueden calmarles y relajarles los sonidos monótonos como el secador de pelo, la ducha o el lavavajillas Esto es porque cuando estaba dentro de tu barriga oía ruidos muy parecidos continuamente y ahora el silencio de la noche le asusta porque no lo conoce. Si ves que funciona y en tu caso le ayuda a dormir, graba una playlist y pónselo a la hora de dormir. Sólo úsalo puntualmente, enmascarar el entorno con estos ruidos puede impedir que el bebé tenga acceso a nuevos estímulos auditivos necesarios para su desarrollo Otra idea que también suele funcionar es colocar cerca de él un reloj con un tic tac que le recordará el sonido de tu corazón.

Mecerle: tampoco falla, son pocos los bebés que se resisten al sueño cuando son mecidos, también por los motivos explicados en el anterior punto; ya que durante los 9 meses de
gestación estaba continuamente mecido cuando caminabas… e incluso cuando dormías, con tu respiración.

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