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por AmandaFM
#436184 Hoy quería compartir mi experiencia. Sé que puedo ser juzgada de muchas maneras, pero también sé que quizás puedo ayudar a algunas de las personas que me lean. La historia que quiero contar es sobre cómo le fallé a mi bebé de apenas 6 meses por mi deseo de querer un mayor orden en mi vida y poder descansar mejor. En su momento no vi nada de malo en ello. Ahora sí.

Lucía acababa de cumplir los 6 meses y, como muchos bebés de esta edad, necesitaba ayuda para dormir, en forma de brazos, pecho y, en definitiva, tiempo. Y esto ocurría tanto en las siestas como en el momento de irse a dormir por la noche en su cuna. Durante la noche también tenía muuuuchos despertares, en la mayoría de los cuales se calmaba con el pecho y retomaba su sueño de nuevo. Quizás todo esto no me hubiera supuesto tanto problema de no haber tenido 2 hijos más de tan sólo 3 años y un marido fuera de casa de lunes a viernes. Aunque sus hermanos son muy buenos y, además, por lo general, tienen unas noches tranquilas y de calidad, yo tenía una necesidad imperiosa de que Lucía se durmiera más rápido y sola, ya que el tiempo que invertía en ello lo sacrificaba de mantener el orden con los hermanos, con lo que tenía que dejarlos un buen rato solos cenando y, a veces, peleándose o discutiendo. Era un caos. Además, las noches llenas de despertares (la inmensa mayoría de Lucía) tampoco me permitían desconectar ni un momento de ellos, ni descansar para volver a la carga al día siguiente y lidiar con horarios, trabajo, casa, etc. Todo ello me llevó a querer buscar ayuda profesional y, sin saber muy bien cómo hacerlo, me terminé dando cuenta de que en Instagram parecía haber montones de profesionales dedicados al asesoramiento en el sueño infantil que además ponían unas publicaciones que me parecían muy interesantes acerca de horarios, rutinas, ventanas de sueño, etc. Así que, de forma un poco ciega, contacté con una de las personas que me pareció que ponía las publicaciones más interesantes.

Y aquí empezó mi error. Esta asesora fue muy agradable conmigo y tenía una forma de explicarme diferentes aspectos sobre el sueño infantil que me gustó bastante. Tras una primera videollamada donde aclaramos los asuntos de los que le había quedado dudas de un informe sobre toda la información de Lucía y su sueño que tuve que completar días antes, me ofreció un plan de trabajo que consistía en tratar de conseguir que Lucía se quedara dormida sola en su cuna con intervenciones intermitentes. Se trataba de dejarla en su cuna y alejarnos. Ante el llanto que inevitablemente seguiría, nos sugirió que esperáramos un tiempo antes de entrar a consolarla. El consuelo debía ser en forma de “shhh”, acercarnos a su cuna y tocarla hasta que se calmara, intentando que fuera el menor tiempo posible para así volver a salir de la habitación y repetir el proceso tantas veces fuera necesario, hasta que llegara un momento en el que ya no llorara y se quedara dormida. Se nos pidió consistencia, es decir, que siempre actuáramos de la misma manera y también que siempre fuera una misma persona la que entrara en cada intervención. En algún momento también se nos dijo que sólo actuáramos ante un llanto continuado, que ellos necesitan aprender a autorregularse y, para ello, hay que darles la oportunidad de que aprendan. Y también recuerdo una frase que llamó mucho mi atención: “a veces los bebés necesitan llorar un poco para liberar adrenalina y así relajarse después”. No estaba del todo de acuerdo con esta información, pero pensé que estando en manos de un profesional del sueño infantil debíamos tener la mente más abierta y poner todo de nuestra parte (también mi marido los fines de semana) para que el método funcionara y así lograr mi objetivo. Al fin y al cabo, pensé, ella era la que sabía lo que era mejor para el sueño de los bebés. Me equivoqué: la persona que mejor sabía lo que necesitaba el sueño de Lucía era yo.

No voy a mentir. Gran parte de las recomendaciones que hacía esta asesora eran muy sensatas y, de hecho, yo misma ponía ya en práctica muchas por mi experiencia previa con sus hermanos que, por cierto, nunca fue tan difícil en cuanto al sueño tiene que ver. Me refiero a la importancia de los horarios, las rutinas previas al sueño, los tiempos de siestas y ventanas de sueño, el ambiente de sueño, etc. Además, su método lo pusimos en marcha y funcionó. Lo cierto es que funcionó de forma bastante rápida y, en pocas veces que la echamos a dormir, ella se quedaba conforme y se dormía rápido. Yo no hice caso de los minutos que debía esperar fuera antes de entrar a consolarla, ni tampoco podía soportar un llanto continuo, con lo que accedía en cuanto ella pasaba de la queja al llanto. Pero aún así, lloró. Lloró y seguramente se sintió mal en todas las ocasiones en las que, apenas se reponía del llanto estando junto a su cuna, volvía a desaparecer en la oscuridad enseguida. Y esta idea ahora me hace sentir mal conmigo misma porque seguramente le fallé. En su momento lo sentí como una gran victoria y un tremendo avance en lo que al orden en casa se refería: podía estar con los mellizos todo ese tiempo que antes invertía, nerviosa, en tratar de conseguir que Lucía se durmiera. Pensándolo ahora, quizás era el único camino que podía seguir en ese momento para lograr lo que quería, pero claro está que no fue un buen camino.

A día de hoy (que tiene 9 meses) y, desde entonces, se queda dormida sola y calmada la inmensa mayoría de las veces. Cuando no es así (quizás porque está molesta con mocos, barriga o porque simplemente ese día era así), me permito tiempo para quedarme acariciándola hasta que se duerme. Y la vida en casa sigue bien fuera de esa habitación.

Según este método, los despertares de las noches también requerían una intervención similar, pero ella reclamaba el pecho y eso era algo que no podía negarle, así que, aunque también tratábamos de esperar un poco más de lo que lo hacía antes para atenderla, entre esto y que se le juntaron algunas molestias de salud, el método sí fue un fracaso en este sentido. Tengo que decir que, tras esa primera videollamada y pdf de pautas, el único seguimiento que hacía esta asesora era un par de emails y una videollamada más que tan solo me permitió porque, fruto de un problema personal suyo, tardó más tiempo del previsto en responderme a uno de mis emails. Es decir, el acompañamiento en el proceso y el interés en el seguimiento y en nuestras necesidades dejaba mucho que desear. De hecho, ella no llegó a saber si conseguí mi objetivo o cuál fue mi impresión con toda esta experiencia. De cualquier forma, no ha sido hasta ahora que me he parado a pensar en la locura de todo esto y en lo injusta que he podido ser con Lucía.

Desde sus 6 meses que pusimos en marcha el método hasta sus 9 meses de ahora, he vivido un sinfín de noches interminables. Ha habido noches que 3 despertares durante mi tiempo de descanso me han parecido un auténtico deleite. Ha habido noches que más de 8 y 9 despertares me han hecho levantarme de muy mal humor, descargándolo a veces con los hermanos. En definitiva, no ha sido fácil, pero es la misma realidad que viven miles de padres de bebés de esta edad.

No hace mucho, a consecuencia de varias noches terribles con Lucía y desesperada con mi cansancio, decidí volver a pedir ayuda y, como de nuevo estaba perdida, volví a recurrir a otra de las asesoras de sueño infantil que también hacían publicaciones muy interesantes en redes sociales. Bueno, en este caso, no era una, sino 3 asesoras. Me informé de la dedicación de cada una de ellas y pude seleccionar a la que era psicóloga, pensando que quizás entendiera mejor la psicología infantil en relación al sueño. Lo que más me gustó fue que en su web se presentaban con un lema muy tentador: “creamos un plan a tu medida de acuerdo con tus valores y estilo de crianza”. Cuál fue mi sorpresa cuando en la videollamada inicial esta asesora me comentó el método que íbamos a seguir, sin darme posibilidad de elegir ni de hablar de cuál era realmente mi estilo de crianza. De hecho, ya antes de esta videollamada me había mandado el plan detallado que, conforme hablaba con ella me quedaba más claro, era la misma milonga que mandaba a cualquier padre que reclamara sus servicios. Eso sí, con el nombre de Lucía. Al parecer, esa era la única manera en la que personalizaban sus planes de sueño. Así que, tras escuchar y leer cosas del tipo (copio y pego): “cambiarás a checarla cada 3-4 minutos (solo si hay llanto, das buenas noches, beso, te sales del cuarto, o vas a tu cama según la hora hay llanto esperas 3-4 minutos afuera)”, le dije que no era capaz de poner en marcha este método. De los 260 eur que me costó la contratación, apenas se me va a devolver un 20%, con lo que mi desesperación sólo me llevó a pérdida de tiempo, dinero y decepción. Pero al menos esta vez pude ser más consciente de lo que hacía, así que, en el fondo, sí que me ahorré mucho… Pero sobre todo se lo ahorré a Lucía.

Ahora, sigo teniendo el mismo problema por las noches, pero soy más consciente de que mi descanso no tiene cualquier precio y que lo más importante de mi vida no sólo es el bienestar de mis hijos durante el tiempo del día en el que están despiertos.

La realidad es que, aunque la implementación del primer método facilitó (y facilita hoy) mi día a día con mis 3 hijos bastante, me siento avergonzada del camino que seguí. Pero espero que mi historia pueda ayudar a alguien que esté buscando ayuda y que el agotamiento no le permita discernir a profesionales que tienen claro de verdad lo que es el sueño infantil de los que solamente se limitan a aplicar métodos de adiestramiento más o menos invasivos, pero que de una forma u otra implican el llanto o malestar del niño precisamente en los momentos de mayor vulnerabilidad de su día: mientras duerme.
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por rafi
#436191 hola Amanda,
antes que nada, agradecerte que hayas compartido tu experiencia son el sleep coaching con el foro, seguro que ayuda a muchas familias que se lo planten.

Este espacio se puso en marcha en 2004 , hace y 19 años, cuando el método de entrenamiento del Dr. Estivill era la norma , y casi 20 años después hemos comprobado que aunque esté metodo ya está cayendo en deshuso, en contrapartida ha surgido un fenómeno peor: el entrenamiento del sueño o el coaching del sueño que se ha multiplicado como setas en las redes. Todas repitiendo como mantra: muletillas, apego, ,mi metodo, 12 horas de sueño... En muchas ocasiones de la mano de personas sin ninguna formación (ni siquiera en lactancia) y en otras de algunos profesionales pero con un enfoque erróneo que busca el sueño en solitario del bebé como unico objetivo, pisoteando las necesidades de los bebés y destrozando lactancias.

Por todo ello, mensajes como el tuyo son muy necesarios, para que las familias puedan conocer las prácticas y las líneas rojas que les hagan desconfiar de según que "especialistas".

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No te sientas culpable de haber intentado mejorar la situación y de haber caído en sus redes, el marketing que llevan detràs forma parte de sus formaciones. Dedican horas a aprender como conseguir clientes y cómo vender sus argumentos, y saben qué frases deben poner para impactar en el cliente aprovechándose de su vulnerabilidad.

Usan palabras como apego, personalizado, con cariño, respetuoso...y eso ayuda a convencer a madres y padres cansados.

No te culpes porque es muy dificil separar la paja del trigo. Y tu hiciste lo correcto que fue buscar a alguien experto que pudiese orientarte. Y cuando no te convenció, supiste pararlo y buscar de nuevo.

Por nuestra parte, desde el centro de estudios del sueño infantil , del que soy codirectora, junto con María Berrozpe formamos a profesionales de la salud y la educación en sueño infantil y el abordaje respetuoso de los problemas de sueño, primando un enfoque preventivo #cerollantos y #proLactancia y hemos creado el primercódigo deontologico de la asesoria de sueño infantil



al que se han adherido hasta el momento, estas profesionales: https://suenoinfantil.com/profesionales-certificados/

Y para que podais indentificarlas, llevan este sello, cada una con su numero personal de adhesión
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También ponemos este foro a disposición de los padres para que sirva como lugar de intercambio y lugar de apoyo de madre a madre. Vereis que las personas que se forman en CESI hacen las practicas en él para que puedan aprender de primera mano los problemas y las dudas a las que se enfrentan las familias,

Nuestro objetivo es lograr que se aborden los problemas de sueño de los bebés desde la evidencia científica, con un enfoque sistémico considerando a la familia, situando al bebé y sus necesidades en el centro para su desarrollo óptimo. :dormir_sin_llorar:

Asi, que en esa linea seguiremos trabajando y mensajes como el tuyo nos animan a continuar recuerda por qué empezamos con esto (para que los bebés duerman sin llantos) y para quien lo hacemos (para las madres que un día fuimos y para las que hoy siguen buscando apoyo en sus crianzas), así que muchas gracias por tu confianza y por contarnos tu experiencia :110:

    :117: Psicóloga
    :pe: Creadora de DormirSinLlorar.com (2004)
    :55: Coautora del libro Dormir sin llorar (2014)
    :pe: Docente en Curso Sueño Infantil para Profesionales en TerraMater.es (2018)
    :pe: Codirectora en Centro de Estudios Sueño Infantil CESI
    :110: Monitora de Lactancia Materna

:121: Telf. (0034)600425102
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