La angustia de separación


Sobre los 8 meses, cuando generalmente empiezan a gatear, los bebés suelen pasar por un período en el cuál le temen a los extraños, lo que demuestra que poseen la capacidad para reconocer a las personas de su entorno inmediato.
La angustia de separación es un proceso de índole psicológica que la mayoría de los bebés experimentan sobre los ocho meses de edad y que se manifiesta intermitentemente hasta los 3 aproximadamente.

El término angustia de separación lo acuñó el psiquiatra infantil Bowbly (1969) que estudió y desarrolló toda una teoría sobre el apego. Este autor considera que la necesidad de vinculación del bebé con su madre es una necesidad primaria.
Otros autores como Spitz, también lo define como “miedo a la faz desconocida” que se da hacia el 8º mes. El bebé ya reconoce el rostro materno y percibe su ausencia .

¿En que qué consiste?
Suele suceder que lloran mucho durante el día y se despiertan más de lo habitual durante la noche, que quieren estar en brazos más de lo habitual y que no desean estar más que con la madre. La manifiestan todos los bebés, tanto si la mamá trabaja fuera de casa o no.

“Yo me paso las 24 horas del día literalmente pegada a ella, ahora os  escribo con ella encima si salgo de una habitación o me la llevo o sino ya se encarga ella de venir detrás de mí, si está con su papi en cuanto salgo, ya va a darle la mano a su padre para que la lleva a donde yo he ido, con lo cual hace mucho que no sé lo que es ir al baño yo sola ni nada por el estilo. Y bueno después de una temporada muy buena de noches y de que a ella nunca le gustara el colecho pues ahora nos pasamos colechando prácticamente toda la noche y lo peor es que a veces si no me siente llora completamente angustiada, necesita que la toque constantemente y de verdad que lo hago, pero no le puedo evitar algunos momentos en los que lo pasa mal”

 

“desde hace algun tiempo mi bebe esta muuuuuuy pegajoso, me refiero a que no quiere que lo coja nadie, solo yo, en cuanto me ve se tira hacia mi y no quiere cuentas con nadie, ni siquiera con su padre, si está sentadito en la manta está bien si no me ve , como me vea llorar para que le haga caso…
cuanto le durara esto??’ es que además le afecta al sueño ya que tiene que dormir encima mia y si me muevo y me lo separo un poco al poco rato se despierta y llora…”

La angustia de separación está muy relacionada con el apego, pero la diferencia es que el apego es la relación entre el bebé y su cuidador que se manifiesta en las primeras semanas de la vida y el vínculo es un proceso más psicológico. En esta relación son partícipes la madre (o la persona que lo cuida) y el bebé: Uno emitiendo señales y el otro respondiendo satisfactoriamente a éstas. Cuando el bebé percibe que el vínculo está en peligro o cree que la persona a la que está vinculado se puede alejar se desencadena las crisis de angustia de separación.

Las señales que suelen emitir los bebés para establecer un vínculo que garantice su supervivencia suelen ser: llorar, buscar contacto ocular, succionar, acercarse a la madre, o seguirla con la mirada.
Las repuestas que esperan en la madre son :
Atención inmediata
Interpretación
Anticipación
Comunicación
Y contacto visual y físico.
Si no se responde a estas llamadas de esta forma puede ser una experiencia muy estresante para el bebé, ya que él, la separación de su madre o cuidador primario lo vive como una amenaza para su supervivencia. El mecanismo es innato en los recién nacidos para ayudarles a sobrevivir.
Este apego se dispara de forma dramática cuando la madre se aleja. Las separaciones tempranas de la madre incrementan los niveles de corticotropina, la sustancia bioquímica del miedo, ya que esta inclinación natural constituye la base de la socialización y es una tendencia ancestral del ser humano el estar vinculado y unido a otros.

El apego a las figuras que le cuidan y el diálogo que con ellas se establecen son la piedra filosofal de la confianza del pequeño , ya que con él se construye una base segura desde la que el bebé hace excursiones al exterior y a los demás, cada vez más lejanos. La ” base” o refugio seguro del apego familiar es el punto de partida. (Headther Hedes 2005)

El apego tiene un papel muy importante en la maduración integral del niño, su futura competencia social y su afectividad.

Las investigaciones más recientes indican que los niños que van a la escuela que tienen un apego seguro son capaces de interaccionar con los maestros y los demás; el mundo exterior se ha convertido en algo valioso que merece la pena explorar.

No sólo se apegan a mamá , el bebé irá ampliando su círculo de personas importantes y llegará un momento en el que también manifestará angustia cuando se aleje el papá o los abuelos.

¿En qué momento se dan las crisis de angustia de separación?
Como hemos comentado, la angustia de separación se suele manifestar en cualquier momento en el que el bebé o el niño ve peligrar la relación con la figura de apego.

– a los 8 meses aparece la conciencia de la madre como ser aparte y la permanencia de objeto (saben que mamá existe aunque no la puedan ver). Pero además muchos bebés a esa edad comienzan a poder separarse de su madre mediante el gateo.
– a los 12 meses comienzan a caminar
– a los 16-18 con el inicio del periodo de auto afirmación se manifiestan a diario los berrinches y enfados, con el consiguiente cambio de las relaciones con la madre (correcciones a diario, que le producen inseguridad)

La angustia de separación también puede presentarse o volver en casos como inicio de la actividad laboral de la madre , viajes, entrada al colegio, visitas a otras casa, cambio de cuidadores, llegada de un hermano, o cualquier circunstancia en la que la madre no esté tan accesible, es decir: en cualquier situación en la que el bebé o niño perciba una amenaza que pueda separarle de su figura de apego.

«Hace 2 semanas se puso malito y estuvo 4 días sin ir a la guardería.
Lo pude dejar con mi madre. Como estaba con fiebre y resfriado no paraba de pedir brazos. Incluso una noche tuve q dormir con él pq necesitaba tenerme cerca tb por la noche. Estaba malito. Desde entonces le ha cambiado el carácter. Ahora ya está bien. No tiene mocos,
fiebre, etc… Lleva una semana comiendo bien de nuevo… Pero….
Llora cuando lo dejo en la guardería. No quiere jugar en el parque con otros niños. Apenas se relaciona. Quiere estar todo el tiempo en brazos. Solo quiere que estar en casa. No quiere ir al parque. NO quiere vestirse por las mañanas»

¿Cómo la manifiesta el bebé o el niño?
Las manifestaciones conductuales más típicas son:
-En el caso de bebés : Llantos exagerados, de desesperación, noches muy difíciles, con muchos despertares y negativa ir a dormir.

– Y en el caso de niños mayores, toman un aire más psicológico con: Preocupación exagerada y persistente por los posibles daños que puedan sufrir las personas allegadas al niño, o temor de que no regresen si se van; temor a que una catástrofe provoque la separación; negación de ir a la escuela, o resistencia a ello, con el fin de permanecer más tiempo en casa junto a las personas a las que está vinculado; temor o negativa a dormir fuera de casa; temor o negativa a estar solo; pesadillas sobre temas de separación; angustia de anticipación o quejas somáticas (dolor de barriga, mareos…) cuando el niño prevé una separación.

¿Durante cuánto tiempo se presentan las crisis de angustia?
La angustia de separación, que suele comenzar a los 8 meses, se puede presentar intermitentemente y suele perder intensidad (que no desaparecer del todo) a los dos años, momento en el que ya son capaces de entender que aunque la madre no está presente, ella regresará, y además pueden prever su regreso.
Aún así las crisis de angustia de separación se pueden presentar en cualquier momento , especialmente cuando el bebé está alcanzando un hito evolutivo (como gatear o andar) o cuando las circunstancias de cada familia le suponga un alejamiento físico o psíquico de la madre (inicio guardería, vuelta al trabajo, enfermedad… o en niños más mayores: el inicio del colegio)

¿Cómo ayudar-nos a superarlas?
Mostrando sensibilidad hacia tu hijo, reaccionando rápido y coherentemente entre la acción del niño y tu respuesta, manteniendo un contacto físico frecuente: besitos, abrazos, juegos de falda, etc, manteniendo el contacto ocular procurando estar siempre que puedas en el campo de visión del pequeño. Si no puede ser, háblale.

También hay algunos juegos que pueden ayudar a superar esta etapa:

CU CU: escondiendo tu cara con tus manos o con un pañuelo y aparecer.

NO ESTOY: El niño en su desarrollo alcanza la madurez necesaria para creer que si se tapa los ojos no lo podrán ver. Es importante que le sigas el juego y muy extrañada le preguntes «dónde está xxx?» y te sorprendas cuando aparezca.

Este juego ayuda al niño a superar la etapa de separación de mamá sin pánico, al ver desaparecer y aparecer la cara de mamá, especialmente adecuado para niños muy apegados a su figura materna.
Estas series de «escondidas» favorecen una progresiva separación entre el pequeño y la madre evitando el pánico por el cual pasan muchos niños.

¿DÓNDE ESTÁS? Cuando estás en casa puedes jugar a esconderte detrás de la puerta o de muebles mientras el niño te ve, luego le llamas para que acuda a buscarte. Este juego le dará confianza suficiente para afrontar tus partidas. Poco a poco será él el que se esconderá y tú tendrás que buscarle.

Siempre que te escondas, tu hijo tiene que ver dónde te has ocultado. Debes observar la reacción de tu hijo en cada uno de los juegos, ya que es importante que no se asuste; si ves que esto sucede, no te escondas, haz aparecer o desaparecer un títere, muñeco… Dale tiempo para que coja confianza.

Bibliografía:

MARCELLI D. AJURIAGUERRA J., Psicopatología del niño, El Servier, 1996
SERGE LEBOVICI, FRANÇOISE WEIL HALPERN, PHILIPPE LAZAR, La Psicopatología del bebé, Siglo XXI, 1995
GEDDES, HEATHER, Attachment in the classroom. The links between children`s early experiences,emotional well-being and performance in schoool, Worth Publishing, 2005
PUNSET, EDUARDO, El viaje al amor, Ediciones Destino, Barcelona 2007
PIN ARBOLEDAS, G. Y GENÍS GINER, R., Durmiendo como un niño, Ed. Parenting, Barcelona, 2003
Santamaría S., Rodríguez R. http://www.monografias.com/trabajos12/social/social.shtml
UNIVERSIDAD JOSÉ MARÍA VARGAS, FACULTAD DE EDUCACIÓN, MENCIÓN PREESCOLAR,
CÁTEDRA: ALTERACIONES EN EL DESARROLLO, Caracas, 15 de Abril de 2005
FODOR E, MORÁN M. El mundo emocional del niño, educar jugando, Pirámide


 

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