- Sab, 04 Mar 2023, 16:57
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Hola Meri
Mi nombre es Angeles Fernandez, soy neuropsicóloga infantil, mamá de 2 hijos y te respondo como alumna en práctica del curso de neuropsicología del sueño infantil del Centro de Estudios del Sueño Infantil.
Me imagino lo cansada que puedes estar, intentaré ayudarte pero tengo algunas preguntas que me permitirán tener más información para ayudarte de mejor manera.
Esta etapa (entre los 8 y 12) es una de las etapas más intensas y desafiantes que enfrentamos los padres pues desde los 8 meses puede dar inicio a la crisis de
angustia de separación que provoca que estén tremendamente demandantes, que busquen estar mucho en brazos y necesitar mucho contacto por parte de sus figuras principales de cuidado o de apego. Esto surge a raíz de su aprendizaje de relacionarse con su entorno, empieza el miedo a los extraños y hay hitos motores importantes, como el hecho que pueden empezar a gatear o a pararse apoyados o incluso a caminar, lo que hace que conozcan su entorno desde una nueva perspectiva, aumentando la velocidad y la distancia de la madre. Como si fuera poco, a los peques a esta edad les empiezan a salir los dientes, donde es en la calma de la noche donde no hay estímulos que los distraigan sumado a que la posición horizontal hace que la presión sanguínea aumente en esa zona y les aparezca el dolor, buscando aún más a su madre.
Los despertares nocturnos que describes y el hecho de que pida el pecho pero sin comer da cuenta que lo que busca en la mitad de la noche es confort, y la succión los relaja, sumado al contacto contigo.
Qué puedes hacer para sobrellevar esta crisis o bien lograr atenuarla un poco: (a) cuanto mas contacto, mejor. Especialmente durante el día, no tengas miedo de mimarlo y acariciarlo todo lo que puedas. Si te acomoda portear, también es una buena manera de sumar calidad y cantidad de contacto. (b) si estás fuera del campo de su visión, háblale o cántale. (c) si necesitas dejarlo con alguien, que sea con una persona que él conozca y tenga un vínculo, y en estos casos siempre despídete y explícale que vas y vuelves, y salúdalo al volver. (d) la atención y contacto debe ser inmediato, piénsalo como una forma que le estás confirmando la incondicionalidad del vínculo que existe entre ustedes dos, que siempre estarás ahí. No tengas miedo que se convierta en tirano, son mimos, caricias y disponibilidad efectiva hacia él, no significa ceder en todo o no poner ningún tipo de límites (ejemplo si quiere comer de la torta que está comiendo la abuela, mimarlo no es decirle que sí, sino abrazarlo y acariciarlo y explicarle que no es saludable para él, y te quedas en brazos con él conteniéndolo y lo distraes con otra cosa, por poner cualquier ejemplo). (e) dormir con él cerca en las noches, cosa que ya estás haciendo de maravilla. (f) jugar para superar la
angustia de separación (cucu, no estoy, jugar frente al espejo, jugar al peluche que desaparece, a las escondidas (g) si ha aprendido algo nuevo como gatear o caminar, que lo practique mucho durante el día. (h) puede estar más cansado, estar alerta a sus señales de cansancio.
Intenta poner esto en practica y ve si algo se atenúa la crisis. Si hay otra cosa que te preocupe, escríbeme (el instinto materno siempre será tu recurso más valioso).
Mucho ánimo!
Ma. de los Ángeles
Berrozpe, M. (2023). Módulo XVII El sueño de 8 a 24 meses. En Berrozpe, M., López, R. La neurociencia del sueño infantil y sus implicaciones en la práctica y atención a las familias. Centro de Estudios del sueño Infantil (CESI).
Berrozpe, M. (2023). Módulo XVIII El sueño de 1 a 2 años. En Berrozpe, M., López, R. La neurociencia del sueño infantil y sus implicaciones en la práctica y atención a las familias. Centro de Estudios del sueño Infantil (CESI).