- Lun, 26 Abr 2010, 14:02
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Según M. Sunderland el cerebro necesita relajarse a la hora de acostarse. Ese es el objetivo cuando llega la hora de acostar a los niños, reducir su estado de alerta y activar la oxitocina y la
melatonina. Por eso establecemos unas rutinas reconfortantes. Cada vez que las repetimos, ayudamos a que su cerebro active esas sustancias calmantes en el cerebro.
Cuando las sustancias estresantes del cerebro están activadas es más difícil que el niño abandone su estado de vigilia. Cuando los acompañamos, les tranquilizamos con la voz, leyéndoles cuentos, dándoles el pecho, abrazándoles, con el biberón... les ayudamos a que el cerebro active sustancias opioides y así el niño se sentirá seguro y se dormirá más tranquilo.
El contacto físico activa la oxitocina en el cerebro y empezará a tener sueño.
Por eso se aconseja el que se cree una atmósfera relajante, bajando la intensidad de las luces (la oscuridad activa la
melatonina) o con velas, una música suave o un tono de voz suave y cálido puede ayudar a reducir el nivel de excitación física del pequeño.
También los alimentos pueden acelerarlos, hay que evitar por la noche alimentos proteínicos porque hay estudios que han demostrado que activan la dopamina. Mejor alimentos con carbohidratos que activan la sertonina en el cerebro y contribuyen a que tenga sueño.
Hay que procurar no activar el sistema del miedo del cerebro del niño. Si tienen miedo el cerebro produce unas sustancias (que no me acuerdo ahora cómo se llaman) que inducen a un estado de hiperexcitación y así les costará más dormirse. Por eso hay que tomarse en serio sus miedos y angustias y reconfortarles. Si tiene miedo a la oscuridad, una lamparita de noche en la habitación le puede ayudar, si tiene miedo a los monstruos podemos utilizar una varita mágica y convertirlos en amuletos, etc...
Cuando el niño tiene activado el sistema del miedo o de la angustia de la separación de su cerebro, pedirá otro vaso de agua, querrá hacer pis, etc... cuando lo que intenta decir es que tiene miedo. Preguntando de qué tiene miedo o lo que piensa que puede pasar cuando nos vamos de la habitación puede darnos pistas para ayudarle a reconfortarle. Nuetra presencia ayuda a activar los opioides en su cerebro que inhiben de la
angustia de separación.
Y también influye mucho los trabajos y el colegio, ese rato de acostarse significa que estamos a su lado y es lógico que quieran alargar ese momento. Muchas veces salen del colegio o se llega a casa del trabajo y todo son prisas sin pararnos a jugar o escuchar realmente a los peques (escuchar sin hacer nada más que estar sentados mirándolos a los ojos).
¿Acaso no nos gusta a nosotros alargar el rato de estar con nuestras parejas?, yo pierdo horas de sueño por tener un rato a solas con mi marido.