La importancia del contacto


La importancia del contacto físico – Por Amaranta
En centros hospitalarios se ha instaurado una práctica que consiste en que las madres (y a veces los padres) ayuden a desarrollarse a  sus hijos prematuros con el contacto piel con piel en lugar de la incubadora. Surgió en Colombia, y después se extendió por Europa y EEUU
Los investigadores constataron que las madres canguro establecen un vínculo afectivo más intenso con sus bebés y también demuestran ser más competentes a la hora de cuidar de ellos, en comparación con las madres de bebés prematuros atendidos según las prácticas de incubación tradicionales. Los bebés también se beneficiaron del sistema de las madres canguro, pues durmieron más tiempo y presentaron menos interrupciones de la pauta respiratoria (1).
La especie humana tiene un cerebro muy grande que requiere un cráneo también muy grande, algunos paleontólogos consideran que el primer año de la vida de un bebé es un periodo durante el cual se completa el periodo de gestación. Gestación de 21 meses en lugar de nueve (2). La etapa postnatal debería considerarse como una extensión de la vida prenatal. Los recién nacidos se desarrollan mucho mejor cuando reciben una estimulación que recuerda a la del ambiente intrauterino: calor, el contacto piel con piel, la presión corporal, el movimiento, el latido del corazón, la voz de su madre y el alimento que ésta le proporciona.
Los cuidados maternales individualizados son fundamentales para la supervivencia,  el noventa por ciento de los bebés que ingresaron en el orfanato de Baltimore murieron durante el primer año de vida (3),  en 1940 un tercio de los lactantes seguían falleciendo, pesar de que se alimentaban  y recibían atenciones médicas adecuadas. Durante ese periodo, las prácticas educativas que imperaban en EE.UU. estaban influidas por una de las principales figuras de la pedagogía del momento: el doctor Luther Holt, quien alertó sobre los peligros de coger demasiado a los bebés.
Otros estudios han demostrado que los bebés alimentados con leche artificial a quienes se les da el biberón cogiéndolos en brazos digieren mejor la leche que los bebés que no se cogen en brazos durante las tomas (4). Durante décadas, se ha sabido que los niños que crecen en instituciones  con falta de personal y con quienes se establece muy poco contacto físico presentan retrasos evolutivos en las habilidades cognitivas y sociales (5).
The Continuum Concept, caracterizó el primer año de vida de un bebé como la fase “en brazos”, durante la cual el lactante tiene la expectativa innata de origen biológico de permanecer en contacto físico y recibir cuidados maternales constantemente (6). Bebés prematuros que recibieron contacto adicional durante diez días (en tres sesiones de quince minutos cada día) ganaron peso casi un 50% más rápido que los bebés prematuros que no recibieron contacto adicional.  La cantidad de tomas y el consumo de calorías fue idéntico en ambos grupos (7).
Ningún niño es demasiado mayor para que lo abracen. Es más, tampoco ningún adulto es demasiado mayor para que lo abracen. Las personas necesitamos que nos toquen, nos acaricien y nos abracen durante toda la vida.
El latido del corazón … parece que sigue siendo importante para los lactantes después del parto.  72 latidos por minuto favoreció la ganancia de peso y redujo los llantos en comparación con un grupo de control.(8)
Es imposible mimar demasiado a un bebé.
A algunos padres les han hecho creer que los bebés deben aprender a estar solos y que no se les tienen que consentir demasiadas cosas, para que aprendan a ser independientes. Los padres temen que, si abrazan, acarician y son demasiado cariñosos con sus bebés sólo conseguirán que cada vez quieran más. Tienen miedo de que sus hijos se conviertan en monstruos que reclamen constantemente su atención y no los dejen tranquilos ni un minuto. Este razonamiento no tiene ni pies ni cabeza y, de hecho, debería invertirse. Los bebés solo piden lo que necesitan. Cuando se colman sus necesidades, se quedan tranquilos y satisfechos. Un estudio muy interesante sobre la interacción madre-hijo, … constataron que los bebés cuyas madres los llevaban a cuestas durante largos períodos de tiempo durante los tres primeros meses de vida, al final del primer año tendían a ser bastante independientes. Los bebés cuyas madres apenas los llevaron en brazos durante los tres primeros meses, al final del primer año presentaron sentimientos ambivalentes. No parecía gustarles demasiado que los cogieran en brazos, pero protestaban cuando los dejaban en el suelo, y apenas jugaban solos. (9).
Mi bebé lo entiende todo, Aletha J. Solter,  psicóloga,  ediciones Medici.
1.        Ludington-Hoe, S.M., Thompson, C., Swinth, J., hadeed, A.J., and Anderson, G.C., (1994). Kangaroo Care: Research Results and Practical Implications and Guidelines. Neonatal Network, vol. 1 (!), 19-27. Tessier, R., Cristo, M., Velez, S., Giron, M., de Calume, Z.F., Ruiz-Pelaez, J.G., Charpak, N., (1998). Kangaroo mother care and the bonding hypothesis. Pediatrics, 102 (2),17.)
2.        Martín R.D., (1990) Primate Origins and Evolution: A phylogenetic Reconstrucction. Princeton University Press.
3.        Gardner, L.I. (1972). Deprivation dwarfism. Scientific American, 227,76-82.
4.        Brazelton, T. B. (1992). Touchpoints, Your Child’s Emotional and Behavioral Development. Addsion-Wesley Publisinhg House
5.        Sptiz, R. (1945). Hospitalism: an inquirí into de genesis of psychiatric condition  in early childhood. Psychoanalytic Study of the Child, 1, 53-74. Provence, S & Lipton, R.C. (1962).Infants in Institutions. International Universities
6.        Liedloff, J. (1975) The Continuum Concept. Addison. Esley Publishin Company, Inc
7.        Field, T. M., Schanberg, S. M., Scarfidi, F., Bauer, C.r., Vega-Lahr, N., Garcia, R., Nystrom, J. & 8.Jun, C.M. (1986). Tactile/Kinesthetic stimulation efects on pretterm neonates. Pediatrics 77, 654 – 658.
8.        Salk, L. (1973). Role of the hearbeat in the relationship between mother and infant.Scientific American, mayo), 24-29
9.        Ainsworth, M.D., Bell, S.M., Styton, D.J., (1972). Individual differences in the development of some attachment bahaviors. Merill- Palmer  Quarterly, vol 18 (2), 123-143